¿Por qué nos visitan? ¿Nos sitúan
en el mapa? ¿Qué posicionamiento tenemos como ciudad, como
destino, como marca?
¿Quién es nuestro público
objetivo y como llegamos a él? ¿Tenemos objetivos reales y medibles? ¿Tenemos
una estrategia definida o hacemos acciones puntuales con las que corremos como
pollos sin cabeza?
¿Qué ofrecemos? ¿Experiencias,
cultura, historia, gastronomía…? ¿Quién es el principal emisor de esta
comunicación? ¿Hay varios?
A ti, que te apetece trabajar
fuera de tu ciudad, aunque en ella todo es más fácil, y que ya tienes superada esa
“depresión de los domingos por la tarde”, sí a ti, el destino o “Rita la
cantaora” te hace volver a tu casa a trabajar, vivir y… a venderla.
Vender, un verbo que suena feo
que suena a engaño, pero al final todo se vende, todos nos vendemos, todos somos
una marca. Una marca mejor o peor construida. Pero todos tenemos una posición
en la mente de los demás y son los demás los que nos “compran”, es decir, los
que nos quieren tener como amigos, como pareja, como empleado… Y todo eso
depende de la imagen que tengan los demás de ti, y no hablo de imagen física si
no de quien eres, que dejas en los demás, que piensan cuando oyen tu nombre.
Con lo que a vender se ha dicho. Empiezas
a trompicones, coges ritmo, conocimientos, equipo y herramientas y vas haciendo
camino, pero esas preguntas del principio no las consigues contestar todo lo
bien que deberías. Y entonces te las vuelves a plantear. Para atajar el
problema, de comunicación se entiende, de raíz. Pero la raíz no se mueve mucho,
con lo que te vas a lo que tienes que vender y ves que motivos hay, los hay de
sobra. Que solo tienes que trabajar en
ellos.
Y sí, la imagen de lo que tienes
que vender, va cambiando, se va posicionando mejor. Porque al final la imagen
de una empresa, de una ciudad, de un colectivo la van construyendo todos los
que forman parte de él. De una forma u otra, salgan en “la foto” más o menos.
Y empiezas a ver que hay luz al
final del túnel y que mientras caminas por él te encuentras alguna farola que
te va guiando, que te hace sonreír y quitarte un poco la presión de encima.
Aquí os dejo unas cuantas farolas que van iluminando Almansa.
Embajada Mora Nocturna
Medio Marartón de Almansa
Instalaciones para el ocio - Spa
Yo porque ya vivo aquí, si no serían mi próximo destino ;)
El logo de la ciudad - Castillo de Almansa S.XII-XIV |