viernes, 8 de mayo de 2020

"Luchó hasta dejarse la piel como tantas personas sin nombre" Sons of Aguirre


Segunda entrega de la historia mi abuelo Norberto. En esta parte hay más acción y más dolor.

ilustración campo refugiados

El ejército francés


Las 38 heridas tuvieron muchas consecuencias en la vida de mi abuelo Norberto. Mis padres recuerdan que mi abuelo contaba historias de lo vivido muy de vez en cuando y que casi nunca relacionaba fechas, no se acordaba con claridad. Pero les contó que a pesar de ello no pudo estarse quieto una vez más, si no todo lo contrario. Y se alistó, esta vez, en el ejército francés.

Volvió a luchar en otra guerra, esta vez más grande, esta vez más peligrosa. Y esta vez no era por defender su idea de país, pero sí por defender su idea de vivir. Y otra vez su idea de vivir no era la idea victoriosa, al menos en un principio, pues acabó en un campo de concentración alemán.
¿En qué año? Ni idea. ¿Cuánto tiempo? Tampoco lo sabemos. ¿Con quién? Eso sí lo recordaba con su amigo de Torrelavega Manuel Acebal.

Dice mi madre que contaba cómo cuidaban y alimentaban a los gatos para utilizarlos después y saber si las vallas del campo de concentración estaban electrificadas o no para intentar salir de allí. Ahora lo piensas y es cruel usar a animales, pues muchos de ellos morirían de esa manera. Pero más cruel era como trataban en aquel lugar a los seres humanos. No sabemos cómo, pero consiguieron salir de allí, aunque  no lo consiguieron todos. Mi abuelo Norberto también contaba como a uno de ellos lo mataron al intentar escapar. No me puedo ni imaginar lo duro que sería, o quizá no, quizá estaban ya tan acostumbrados a eso que no era más que una parte de su realidad.

Todo esto no lo detuvo, y mi abuelo volvió al ejército francés, y acabó siendo jefe del Sexto Batallón de Seguridad después de la guerra. Los españoles en el ejército francés servían como tropa extranjera firmemente adscrita a la Francia Libre (no eran una unidad autónoma de ésta), aun así llevaban bordados en sus uniformes la bandera tricolor pues aún pensaban que ese núcleo de españoles pondrían volver como un reformado ejército republicano.  Pero eso nunca llegó a suceder.

La historia que más orgulloso contaba es como llegaron a París con las banderas francesas y republicanas. No defendía ya a su país, o a su idea de país pero los españoles que ayudaron a liberar París del yugo nazi no olvidaban que en España estaban bajo una dictadura impuesta cruelmente.

Montrejeau


Montrejeau es una población francesa cerca de la frontera con España desde la que, tras dejar París, hacían incursiones en España. Hasta allí se trasladaron, con un grupo de españoles, mi abuelo junto a la que más tarde sería su primera mujer, una parisina llamada Mariette Ginette.


Copia del libro de familia francés


Colette Norberta y Daniele Belén eran sus hijas, vaya mezcla de nombres hicieron. Y ahora la rara soy yo por llamarme Leia (como la de Star Wars, sí) pero se ve que en mi familia lo de tener un nombre convencional no nos gusta. Una excentricidad más.


Como se puede ver este libro de familia con fecha de 1960 es una copia, pues el original se perdió junto a todas sus pertenencias en la catástrofe de Fréjus. Una catástrofe que no solo se llevó cosas materiales, si no que también se llevó de nuevo su vida ahora que parecía estable. 

Esta nueva pérdida la contaré en la tercera y última entrega. Ya no había guerra, ni balas que esquivar pero fue la peor perdida.


Texto: Leia Cuenca
Ilustraciones: Mónica Recio

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