Ya es octubre, ya estamos todos
en el nuevo curso, se ha acabado la vuelta al cole, ese periodo de adaptación
tras las vacaciones y las compras de nuevas libretas y agendas. En mi caso ha
sido la vuelta al trabajo, un trabajo nuevo después de pasar un verano
diferente, muy diferente. El 1 de junio me iba a Portugal dentro de un proyecto
europeo (SVE) para 10 meses, ya llevaba tiempo sin trabajo aquí y me pareció
una buena idea para tener una experiencia en el extranjero (eso que llaman
movilidad exterior), a la vez que ayudaba y aprendía. Con sus cosas buenas y otras no tanto, ha sido una experiencia positiva, por lo aprendido y por la gente, en
especial en la ofi y con los españoles que andan por ahí fuera, ¡geniales!. Aunque
no viví en la capital, Lisboa es una ciudad pequeña y bonita, a pesar de su
aire decadente y de tener muchos edificios abandonados, ha sido un placer
conocer mejor esa ciudad. Y aprender que los países del sur de Europa somos tan
o más buenos que cualquier otro país
europeo, solo tenemos que creer en ello.
Pero como siempre la actividad
llama a más actividad y estado allí 3 meses y pico una llamada para trabajar en
España, cosa que hoy en día parece casi un milagro, me ha hecho volver.
Para mí los años empiezan con el
nuevo curso, será porque nunca o casi nunca he dejado de ir a clase (Uni, cursos
de formación, escuela de idiomas, etc.) y porque muchos proyectos empiezan con
la caída del sol, aunque este año parece que al calor le está costando dejarnos.
Con lo que… bienvenido otoño,
bienvenido nuevo curso y bienvenidos nuevos proyectos (nuevo trabajo y como
siempre algún mini-proyecto especial de esos que hacen mucha ilusión y que ya
se verán gráficamente).
Y para ir organizando todo lo que vendrá en el 2014 un
diseño sencillito en el que me entretuve un par de noches en mi pueblo
portugués, y que ya está camino de la imprenta por si alguien quiere tenerlo en
el monedero o junto a los post-it para saber el día en el que vive.